Aunque este blog trata del tebeo español, hoy haré una excepción hablando de los únicos franceses que nos caen bien: Astérix y Obélix. Aunque con el inevitable chauvinismo inherente a cualquier cosa hecha por nuestros vecinos del norte, los tebeos de Astérix y Obélix unen a su esmerada técnica, unos guiones realmente graciosos y bien tramados. Los personajes secundarios responden a arquetipos perfectamente reconocibles y uno llega a tomarles cariño a lo largo de las diversas aventuras. La aldea gala es un microcosmos socarrón que llega a sernos familiar. La complicidad con el lector es siempre risueña y las aventuras son variadas y llenas de guiños.
Entre todas las aventuras de esta pareja, mi favorita siempre ha sido "Obélix y compañía", excelente sátira sobre el capitalismo que, en tiempos de crisis como los actuales, cobra renovada vigencia a pesar de estar realizada hace casi treinta años. En síntesis, narra el intento por parte de los romanos de debilitar a los galos siguiendo la estrategia propuesta por Cayo Coyuntural (prototipo genial del lechuguino"yuppie") : el afán de lucro, el oro, será lo que les debilitará. Quiere convertirlos en "decadentes". El romano comienza a comprar a precios desorbitados los menhires que fabrica Obélix. A partir de ahí, se originan una serie de consecuencias económicas y sociales que transforman la pequeña aldea gala en una incipiente sociedad capitalista y consumista. Todos los hitos de la economía de mercado (la competencia desleal, la explotación, la publicidad, la manipulación de los precios...) son descritas irónicamente mediante el nuevo "mercado mundial de menhires" que se crea a partir de la argucia de Cayo Coyuntural y que llega a amenazar con la bancarrota del propio Imperio. En resumen, una fábula risueña que bajo las siempre amenas andanzas de los simpáticos galos, contiene una espléndida radiografía de la sociedad de consumo.
Entre todas las aventuras de esta pareja, mi favorita siempre ha sido "Obélix y compañía", excelente sátira sobre el capitalismo que, en tiempos de crisis como los actuales, cobra renovada vigencia a pesar de estar realizada hace casi treinta años. En síntesis, narra el intento por parte de los romanos de debilitar a los galos siguiendo la estrategia propuesta por Cayo Coyuntural (prototipo genial del lechuguino"yuppie") : el afán de lucro, el oro, será lo que les debilitará. Quiere convertirlos en "decadentes". El romano comienza a comprar a precios desorbitados los menhires que fabrica Obélix. A partir de ahí, se originan una serie de consecuencias económicas y sociales que transforman la pequeña aldea gala en una incipiente sociedad capitalista y consumista. Todos los hitos de la economía de mercado (la competencia desleal, la explotación, la publicidad, la manipulación de los precios...) son descritas irónicamente mediante el nuevo "mercado mundial de menhires" que se crea a partir de la argucia de Cayo Coyuntural y que llega a amenazar con la bancarrota del propio Imperio. En resumen, una fábula risueña que bajo las siempre amenas andanzas de los simpáticos galos, contiene una espléndida radiografía de la sociedad de consumo.